¿Alemania? (III): Luxemburgo

Tras devolver las bicicletas prestadas amablemente por los erasmus de la zona, y alquilar la flagoneta del equipo A, nos dirigimos a Luxemburgo... El día anterior habíamos leído por internet unas críticas bastante malas de la ciudad, así que las expectativas no eran muy grandes (cito la crítica: Una ciudad aburrida, donde hay una bandera por edificio, lo que te hace recordar dónde estás y despertarte del sueño por aburrimiento producido al estar allí).

Pero tras 1 hora de viaje, llegamos. Aventura para encontrar un parking que dejara entrar a coches de más de 2,3 metros de alto. Para al final arriesgarnos en uno y descubrir que la pegatina que decía eso de la flago, era mentira y entraba en cualquiera. Bajada y primer paseo por la ciudad. Era agradable y bonita, lo que me hizo olvidar lo leído.



Tras una calle que parecía interminable (en realidad éramos nosotros andando lentamente) llegamos al puente. Ningún río pasaba por debajo, sólo un mísero hilillo de agua, pero los colores...


















Visita a la catedral, paseo por las calles, incluso vimos a los Grandes Duque de Luxemburgo (esto es, Quique y Mari Tere, en su coche), descubrimos lo horteras que son las postales del lugar, y visitamos las Casamatas (fortificaciones excavadas en la roca en la II Guerra Mundial). Cómo en todo viaje que se precie, me quedé sin batería este día, lo que me resultó molesto, ya que fue el día que más me gustó de todo el viaje.

Después de la aventura Luxemburguesa, llegamos a Cloef (ya en Alemania/Mettlach) , donde quizás vi una de las cosas mas hermosas que haya visto. El peacho de meandro que se gasta el Sarre (Saar allí llamado). Unos bosques geniales donde nos perdimos ligeramente y hablamos de descuartizaciones a la alemana (nos jugamos quién sería descuartizado primero, aunque Fran sigue vivo).

Tras un largo día, volvimos a Trier, tuvimos una pequeña aventura desmontando los asientos de la furgo para meter las bicis (acto de hombría que nos llevó casi hora y media xD) y tuvimos una pequeña fiesta cervecera en nuestra casa, para acabar durmiendo casi nada, para madrugar mucho al día siguiente.